Amores absorventes

El amor romántico es un arma de doble filo. Por un lado, puede hacerle sentir a una persona totalmente plena y feliz cuando se encuentra con la persona amada, pero por otro lado, puede llevar perfectamente, y en este orden, al aislamiento, a la dependencia, al miedo y el dolor, y, no siempre pero puede suceder, al maltrato.

 

¿Cómo es esto posible? Es muy sencillo:

 

Si solo estamos única y exclusivamente con nuestra pareja, si nos fusionamos con ella y hacemos que desaparezca el universo, nos aislamos de nuestra familia, de nuestros amigos y nuestras amigas, e incluso de nuestra propia vida, de nuestras aficiones, de nuestros estudios, de nuestro ser. Porque ya no somos dos personas con su personalidad, su mundo y su contexto, sino que somos un ente diferente despojado de su esencia, para dar lugar a un ente nuevo y distinto que se ha fusionado con otro ser que también se ha perdido a si mismo junto a su mundo.

 

Por eso no me gusta el amor romántico. Por eso quiero que mi pareja siga adeante con su vida, con sus estudios, con su trabajo, con su futuro, con sus amigos y amigas, con sus compañeros y compañeras de clase, con sus aficiones... Porque yo me enamoro de una persona con sus ideas, sus gustos, su contexto, su mundo... y no de un entre que decide transformarse en otra criatura diferente por y para mí. Me enamoro de la persona a priori y no del ente en el que se transforma a posteriori.

 

Este aislamiento, posteriormente pasa a la dependencia...

 

Dependencia porque si hemos perdido nuestro mundo y nuestro ser, solamente nos queda la pareja. Y el ser humano es un ser social. Podemos tener una mayor o menor autonomía, pero no podemos ser puramente independientes. No podemos quedarnos en la soledad. Necesitamos convivir con algo o con alguien. Si todo nuestro mundo se desmorona, no nos queda otro remedio más que depender de ese único ser humano que nos queda ya en el mundo. Y lo que es peor: esto funciona como un bucle, en tanto que a mayor aislamiento, mayor dependencia; y cuanto más dependiente se es... más acabamos aislándonos.

 

 

Lo cual nos lleva al miedo y el dolor...

 

Recapitulemos: hemos abandonado a nuestros seres queridos, hemos dejado nuestros proyectos, nos hemos deshecho de nuestro mundo y, lo que es peor, nos hemos perdido a nosotros/as mismos/as.

 

Por consiguiente, si solo nos queda la pareja, acabar cortando con esta persona nos puede dejar en la auténtica y cruel soledad. Entonces llegan los miedos, las inseguridades, los celos al máximo... y por tanto, el sufrimiento.

 

Y entonces, nos hacemos vulnerables... y nos volvemos o bien serviciales, o bien una bestia peligrosa...

 

Si estamos sufriendo y no queremos acabar en la soledad, solo tenemos dos caminos: o servir a nuestra pareja constantemente para agradarla e impedir "que se nos escape", o adoptar un papel dominante y controlador que nos convierte en personas maltratadoras, con el objetivo también de que esa persona "no se nos escape".

 

¿Cuál es la solución a todo esto? En la teoría, muy sencilla: adoptar un modelo de pareja libre, totalmente alejado del modelo de la media naranja, en donde ambas partes de la relación sean ellas mismas y no un ser transformado, en donde ambas parts conserven a sus amistades, a sus familiares, sus proyectos de vida, sus intereses y gustos, sus ideas... sus vidas.

 

Ahora bien, como bien he dicho, esta solución es sencilla en la teoría. Pero en la práctica, me he dado cuenta de que no es tan fácil. De hecho, si hubiese escrito esta entrada hace unos cuantos meses, la habría terminado en el párrafo anterior.

 

 

Pero he aprendido algo por experiencia que me lleva a tener que continuar...

 

El amor romántico se nos inculca desde nuestra más tierna infancia. Cuando se nos pregunta si ya tenemos novio (si somos niña) o novia (si somos niño), en los libros, en las películas, a través del dichoso Día de San Valentín, etc. Esto hace que nuestra tendencia sea hacia el amor romántico, y que si acabamos abriendo los ojos y buscando un amor libre, nos topemos con el problema con el que mi novia y yo nos estamos encontrando: no nos aislamos del mundo... ¡pero el mundo se aísla de ella y de mí!

 

Como la gente tiende al amor romántico, acabas encontrándote con que aunque no te aísles del universo, poco a poco tus amigos y tus amigas, a medida que acaban teniendo pareja, se alejan de ti y no vuelven a aparecer (bueno, sí, aparecen cuando cortan con su pareja, pero si a la hora les llaman al teléfono móvil para decirles que quieren volver, se marchan de nuevo hasta nuevo aviso).

 

Entonces, ¿cómo mantener tus amistades y seres queridos, si esas personas optan por el modelo del amor romántico, se aíslan y no regresan?

 

Al final, no te queda más remedio que tirar hacia adelante con tus familiares y tus proyectos... y comenzar de nuevo, buscando nuevas amistades que o bien no tengan pareja, o bien piensen como tú y opten por un modelo más libre, si no quieres acabar tú también en la dependencia sin buscarlo.

 

Claro, otra opción es conseguir convencer a tus amigos y amigas que salgan contigo y sus parejas al mismo tiempo, pero en ocasiones la gente no es consciente de que estamos saliendo en grupo y al final acabamos saliendo un grupo de parejas.

 

Por este motivo, cuando voy con amigos y amigas procuro no ir siempre al lado de mi pareja, ni ir dándome besos ni abrazado, porque si no puede más el condicionamiento en el amor romántico que lo que quieres hacer, y al final sales y no sales a la vez con tus amigos y amigas.

 

De hecho, si vas alguna vez a una discoteca con tu grupo y con tu pareja, como empieces a besarte y a abrazarte, acabas bailando solamente con tu pareja y tus amistades no se acercan a hacerlo contigo por la idea estúpida de que perteneces a otra persona y ya no se te puede ni mirar.

 

Es delirante...

 

 

Nota importante:

 

Contra esto, mucha gente suele reaccionar de uno de estas maneras: o procura no enamorarse nunca, o fuerza una relación basada en el poliamor, o trata de acostarse con toda persona que ve.

 

Aviso: ¡no funciona! Los sentimientos deben ir y venir por sí mismos, y no forzarlos a nada.

 

Forzar el poliamor solo hará sufrir, porque nadie elige no enamorarse de más de una persona, pero tampoco enamorarse de más de una. Acostarse con toda persona a quien se ve solo porque haya alguien que te mire mal si solo lo has hecho con una persona o por miedo a caer en el amor romántico, también nos hará sufrir, pues eso es igual que si tu padre o tu madre te fuerza a comer el plato que más detestas. Y no enamorarse tampoco sirve, porque no solo no elegimos nuestros sentimientos, sino que además, aunque podamos llegar a evitar ciertos dolores si llegamos a no enamorarnos a nuestra voluntad... lo cierto es que eso también nos hace perdernos momentos maravillosos.

 

Fuente : http://educacion-enrique.blogspot.com/2013/04/el-amor-romantico-y-sus-consecuencias.html