DOCTRINA TÉRMICA DE LA SALUD

[Fuente: "La medicina natural al alcance de todos" - Manuel Lezaeta Acharán ]

 

1) Salud es normalidad funcional del organismo en los procesos de nutrición y eliminación que simultáneamente se realizan por aparato digestivo, pulmones y piel.

 

2) Toda dolencia es manifestación de "falta de salud", o sea, de desarreglo funcional. De aquí que, cualquiera que sea su nombre o manifestación, la enfermedad es de naturaleza funcional y no microbiana.

 

3) Sólo la salud tiene carácter positivo. Toda dolencia demuestra fenómeno negativo porque revela "falta de salud" en grado variable. De aquí que las enfermedades no se "curan", ellas desaparecerán mediante el restablecimiento de la salud, que es normalidad funcional.

 

4) La patología e simple calificación convencional o nomenclatura de síntomas o manifestaciones de falta de salud, vale decir, del estado de enfermo.

De aquí que : no hay enfermedad, sólo hay enfermos.

 

5) Pero, si a la "enfermedad" queremos darle personalidad positiva, es preciso convenir que, cualquiera que sea su nombre o manifestación, toda dolencia está constituida por fiebre gastrointestinal, en grado variable. Es esta fiebre la causa y también el punto de apoyo del desarreglo funcional del organismo, vale decir, es el enemigo de la salud y única causa de muerte. No hay enfermo sin fiebre.

 

6) Los síntomas, clasificados como males diversos por la patología, son simples manifestaciones de desarreglo de las funciones de nutrición y eliminación del organismo afectado. La diversidad de síntomas de "falta de salud" depende del sujeto, antecedentes hereditarios, su género de vida, ocupación, edad, sexo, clima, etcétera.

 

7) Fiebre y no microbio es el enemigo que hay que combatir en todo enfermo, cualquiera que sea el nombre o manifestación de su dolencia. Salvo accidente, sólo se muere de fiebre.

 

8) Fiebre es un fenómeno de naturaleza inflamatoria y congestiva. Se origina por reacción nerviosa y circulatoria cuando los nervios son irritados o sometidos a trabajo mayor que el normal. Existe fiebre cuando la temperatura sube de 37 grados centígrados. Esta alza de temperatura es efecto de la reacción nerviosa y circulatoria en los tejidos afectados.

Hay 3 clases de fiebre:

- La interna que suele constatarse por el pulso y se revela siempre en el iris de los ojos del enfermo.

- La externa, que denuncia el termómetro aplicado en las axilas.

- La local, correspondiente a la zona dolorida o afectada.

 

9) La fiebre que sale a la superficie del cuerpo es "curativa", porque favorece la eliminación de impurezas por la piel. Basta controlarla con adecuadas aplicaciones frías de agua o barro.

La fiebre local debe combatirse porque localmente altera los procesos de nutrición y eliminación de los tejido afectados.

Por fin, la fiebre interna debilita y aniquila a sus víctimas por desnutrición e intoxicación, alterando los procesos de nutrición y eliminación que simultáneamente se realizan por aparato digestivo, pulmones y piel.

En efecto, la fiebre gastrointestinal altera la digestión, proceso fermenticio que para ser sano requiere 37 grados centígrados de calor. A medida que el calor sube en el aparato digestivo, progresivamente se altera la digestión que degenera en putrefacción, fuente de tóxicos que, en lugar de nutrir, envenenan la sangre, afectando toda la economía del cuerpo.

También la fiebre interna altera las funciones de nutrición y eliminación que deben realizar los pulmones.

En efecto, como la actividad del corazón es estimulada por el calor. a medida que sube éste en el interior del vientre, se acelera el ritmo cardíaco, lanzando con mayor frecuencia la ola sanguínea a los pulmones y, congestionando sus tejidos, reduce su capaciadd respiratoria.

Por último, la fiebre interna congestiona las entrañas y produce deficiente circulación sanguínea en la superficie y extremidades del cuerpo. Esta deficiente circulación sanguínea en la piel debilita sus importantes funciones de tercer riñón y tercer pulmón.

Queda así explicado cómo la fiebre gastrointestinal altera la salud y llega a poner fin a la vida del humano por desnutrición e intoxicación progresiva.

 

10) Según lo dicho, toda dolencia es de carácter general y no local. y, repetimos, su naturaleza es "funcional" y no "microbiana". De aquí mi concepto que se dirige a normalizar funciones de nutrición y eliminación en todo enfermo sin sofocar síntomas. No cure, normalice, colocando al cuerpo en equilibrio térmico.

 

11) No existen enfermedades de naturaleza diversa entre sí. Solo hay distintas manifestaciones del desarreglo funcional del organismo, o sea, de la falta de salud. Exísten sí enfermos diversos según sea su constitución orgánica, el estado de pureza de su sangre y el grado de cronicidad de su anormalidad funcional.

El cuerpo es un solo órgano y la vida una función.

 

12) La normalidad funcional del cuerpo, vale decir la salud, sólo puede existir con equilibrio de sus temperaturas interna y externa. El hombre es el único ser de la Creación que desequilibra las temperaturas de su cuerpo, como se ha dicho.

En efecto, el ser humano desde que nace afemina su piel con abrigos exagerados y congestiona sus entrañas con el gran esfuerzo que debe realizar el aparato digestivo para elaborar alimentos inadecuados. Esto lo revela el examen del iris de los ojos de todo enfermo, en grado variable.

 

13) Los microbios son agentes de vida y salud: jamás agentes de enfermedad o muerte. Ellos contribuyen a la armonía y orden del universo. Actuando dentro del orden universal, es absurdo culpar al microbio del desarreglo funcional del organismo característico de toda dolencia, en grado mayor o menor.

 

14) El arte de curar, vale decir de restablecer la salud, debe dirigirse en todo caso a refrescar el interior del vientre enfermo y afiebrar su piel, para así equilibrar las temperaturas de su cuerpo.

 

15) El agente que realiza la curación, o sea la vuelta a la normalidad funcional del organismo, es la propia fuerza vital que posee el enfermo.

 

16) El sistema nervioso es el motor de la vida. La fuerza vital es energía nerviosa y ella depende de la salud de los nervios. Estos son nutridos por la sangre. De aquí que sangre pura mantiene nervios sanos. La impureza del fluido vital debilita la potencia nerviosa. Ahora, como la sangre es producto de la digestión y ésta sólo puede ser sana elaborándose a 37 grados de temperatura, la fiebre gastrointestinal debilita y aniquila la energía nerviosa, vale decir, la vitalidad del organismo.

 

17) Como la sangre se impurifica respirando el individuo aire malsano, elaborando putrefacciones intestinales y por deficiente eliminación de su piel, riñones e intestinos, en estos desarreglos funcionales del organismo tenemos la causa del debilitamiento de la energía nerviosa.

También drogas, inyecciones, sueros, vacunas, radium, electricidad e intervenciones quirúrgicas, en definitiva, deprimen la actividad nerviosa y, por tanto, la fuerza vital del individuo, acortando su vida por intoxicación, degeneración o mutilación del organismo.

 

18) La naturaleza es la que cura, dijo Hipócrates. Según mi Doctrina, para que ello sea posible es necesario colocar al cuerpo en Equilibrio Térmico. De aquí que "la Naturaleza cura, es decir normaliza las funciones orgánicas siempre que el cuerpo se coloque en equilibrio de sus temperaturas interna y externa".

 

19) En la Doctrina Térmica no se diagnostican enfermedades, no se dan remedios y tampoco se "cura". Desentendiéndose de la patología y terapéutica, ella se dirige a normalizar las funciones digestiva y eliminadora del enfermo, afiebrando su piel y refrescando sus entrañas para obtener el Equilibrio Térmico de su cuerpo, siempre alterado en toda dolencia. El cuerpo se trata como un sólo órgano, entidad indivisible.

 

20) Finalmente, mi Doctrina Térmica saca el problema de la salud del hombre del trillado campo de la patología y de la terapéutica y lo coloca en el terreno de las temperaturas, de acuerdo con las revelaciones del iris de sus ojos, interpretadas según las enseñanzas de mi obra "El iris de tus ojos revela tu salud".