ULCERA

EL CASO DE LAS ULCERAS GASTRICAS

 

Son realmente múltiples las maneras en que las emociones de la vida moderna afectan nuestro organismo. O mejor dicho las diversas ramificaciones modernas de la gran emoción perjudicial básica que es el temor. Es archiconocido, por ejemplo, que las preocupaciones y la tensión nerviosa que acompañan en muchas personas al deseo de tener éxito en la vida, son una fecunda causa de úlceras de estómago y duodeno. Estas preocupaciones y la tensión nerviosa son la manifestación de un constante temor de fracasar. Pero van también acompañadas de resentimiento y envidia, que son manifestaciones de la ira. Estas alternativas de temor e ira, que constituyen la congoja, hoy tan común, son, como veremos, la verdadera causa de muchos trastornos corporales y nerviosos, o afecciones psicosomáticas.

 

Hace mucho tiempo el Dr. Alvarez, de la célebre Clínica Mayo, y otros especialistas recalcaron la estrecha vinculación que tiene la úlcera gástrica con las emociones. He aquí, por ejemplo, lo que escribe el Dr, Alvarez acerca de un caso típico :

 

"Hace muchos años un paciente aquejado de úlcera me enseñó la tremenda importancia que tiene la emoción en la producción de las hemorragias. Era un inventor que después de pasar años en la pobreza había inducido a una gran compañía a que probase su máquina. Al principio funcionó bien y los derechos por su uso empezaron a producir dinero, y mi paciente se veía con riquezas y comodidades.

 

Entonces, debido a algún cambio que se presentó en ciertas propiedades de las materias primas que se refinaban, la máquina empezó a obstruirse y la compañía ordenó que la descartasen. El inventor sufrió inmediatamente de una grave hemorragia, pero desde su lecho indicó los cambios que debían hacerse en la máquina y pronto se eliminó la dificultad. Nuevamente el dinero afluía, pero otra vez fracasó la máquina y la volvió a remodelar. Esto ocurrió seis veces en tres años y en cada ocasión el hombre sufrió una hemorragia".

 

COMO SE PRODUCEN LAS ÚLCERAS

 

Dice el Dr. Slaughter, en su libro Medicine for Moderns, dedicado a las afecciones psicosomáticas : "La úlcera péptica es casi siempre el resultado de una tensión emocional prolongada".

 

Procede luego a explicar el mecanismo por el cual se produce la úlcera péptica, término bajo el cual incluye la del estómago y la del duodeno, ya que ésta última es en realidad la más común. Dicho en pocas palabras, la ulceración se debe al exceso de ácido clorhídrico segregado por las muchas glándulas gástricas que se hallan en el extremo de la salida del estómago llamado píloro. Y los jugos digestivos excesivamente ácidos atacan la región pilórica y el duodeno que es el comienzo del intestino, donde desembocan los alimentos al cruzar el píloro.

 

Los estudios de muchos expertos, especialmente de los Drs. Mittelman y H.G. Wolff, han demostrado que en los pacientes que tienen úlcera, el resentimiento y la ira aumentan la secreción de un jugo gástrico altamente ácido, como también las contracciones del estómago y el flujo de sangre en la mucosa del estómago y el duodeno, con el consiguiente incremento de los dolores en las partes ulceradas. Los médicos nombrados pudieron observar directamente los efectos del resentimiento y la ira, como también de la alarma y el abatimiento, en un paciente que era normal en todo lo demás, excepto que debía alimentarse por una abertura artificial que daba al estómago, como deben hacerlo las personas a quienes se les obstruyó el esófago.

 

Cuando el paciente estaba deprimido y alarmado, es decir, sentía temor verdadero, disminuía por debajo de lo normal la secreción de jugo gástrico, la acidez de éste y la circulación de la sangre estomacal. Cuando el estado de ánimo era de resentimiento e ira, sucedía lo contrario. Sabido es que una mucosa estomacal sana no es atacada por el ácido clorhídrico del jugo gástrico porque está recubierta del mucus protector. Pero "en los estudios del estómago normal se vio que gran parte de este mucus era arrastrado por el aumento de secreción ácida provocada por causas emocionales. También eran comunes las pequeñas hemorragias y verdaderas rupturas de la mucosa del estómago y duodeno. Tenemos, pues, aquí todos los factores necesarios para producir la ulceración; e indudablemente la producen cuando se repiten con suficiente frecuencia.

 

Eso de estar sometidos a menudo a insuficiencia de sangre y de secreciones digestivas por el temor y luego verse inundados por una superabundancia de ambas cosas, con un tenor ácido especialmente elevado en las últimas, es más de lo que pueden soportar por largo rato el estómago y el duodeno. También la compresión de la génesis de las úlceras gástricas explica por qué fracasa tn a menudo su intervención en tales casos.

 

 

[ Fuente : La clave de la felicidad y la salud mental – Marcelo Fayard ]