Muchos adultos de la tercera edad piensan es que ya no cuentan con las habilidades de aprendizaje que tenían en su juventud. Un nuevo mito urbano que está a punto de derrumbarse porque los expertos en el tema señalan que el aprender no tiene edad.
Es más, diversos estudios sobre el tema revelan que el aprendizaje no tiene relación con los años de existencia y los beneficios para los adultos mayores, que participan en estos programas académicos, son numerosos.
Una especialista expresó que los adultos mejoran la adquisición de habilidades, como el pensamiento crítico, el buen humor y la adaptación a los cambios de realidad. Estudiar después de los 55 años mejora la salud, ayuda a prevenir enfermedades mentales de la edad, reduce el riesgo de depresión y permite recuperar roles sociales.
Las motivaciones de los adultos mayores por volver a estudiar difieren en cada caso. Algunos tienen la necesidad de poder tener una nueva herramienta de trabajo, otros para dedicarse a una acción voluntaria, otros para re-crearse nuevamente en esta etapa de la vida.